Colosía recordó el domingo el “decíamos ayer” de Fray Luis de León, aquella ocurrencia que el gran humanista empleó para reanudar sus clases en la universidad de Salamanca después de cinco años de ausencia. En este caso no fueron cinco sino cuarenta, que tampoco son tantos, los años que ha tardado Colosía en volver a honrar a su patrón San Juan Bautista, al menos de una forma pública, colectiva y solemne.
En este tiempo holgado y fugaz a la vez , este pueblo situado a 2 kilómetros al Suroeste de Panes, cuna del gran filántropo D. Angel Cuesta y de una de las familias más prestigiosas del valle, la casa de los Colosía, perdió la escuela, la bolera, las principales tareas derivadas de la agricultura y ganadería y sobre todo muchas personas que dejan un hueco enorme porque su vida ha dejado huella. A pesar de todo hoy el pueblo permanece lozano pues es solaz , apacible, con naturaleza viva , presenta algunas casas nuevas y otras remodeladas y ajustadas a los tiempos por sus nuevos inquilinos y cuenta entre sus vecinos con algunos jóvenes que liderados por Cristina han sido capaces de dar vida de nuevo a su fiesta y estar a la espera de darle mayor realce en los próximos años.
La fiesta comenzó con una Misa en el centro del pueblo, presidida por el párroco de las Peñamelleras acompañado por la coral asturiana de Gijón Enrique Montes y por bastantes vecinos de Colosía y otros pueblos del concejo.
Terminada la Misa, la coral hizo un pequeño concierto a base de canciones populares que gustaron , pues el grupo tuvo el acierto de no hacerse pesado después de haber intervenido en la Misa y cantar cosas que gustan en esta zona de Asturias. Más tarde todos los asistentes , que éramos muchos, fuimos invitados a una espicha , muy variada y abundante, en la que colaboraron todos los vecinos de Colosía, ofrecida en lo que hoy podríamos denominar plaza del pueblo.
Doy fe que hubo muy buen ambiente y que la gente tenía cara de estar pasándolo muy bien. Me atengo al dicho, salvo raras excepciones, la cara es el espejo del alma.
La tarde continuó con canciones asturianas a cargo de cantantes contrastados de tonada entre los que destacó María Sánchez, "La Pastorina del Cares", de Llés.
El bar regentado por la comisión, que mantuvo unos precios moderados, nos permitió quitar la sed en un día veraniego, de esos que al final del verano se recuerdan.
Por lo demás hubo asturianas, imagen del santo, cohetes, pañuelos conmemorativos , problemas de aparcamiento y muchas fotos, algunas de las cuales ofrecemos en esta página.
Y por último una moraleja, con el esquema de la esencia de la fiesta se hizo una cosa bonita, se pasó bien y se deja un agradable recuerdo. Y una pregunta ¿Y si hubiera habido más recursos y más organización se hubiera hecho lo mismo?
Buen verano a todos.