16 de Agosto de 2009
San Roque es actualmente una fiesta esperada e importante del calendario estival de Panes, no solamente por los devotos de San Roque, que siguen siendo muchos, sino también para todos aquéllos que la tienen como cita familiar obligada, para compartir con los suyos lo mejor que podemos ofrecerles: nuestro cariño sincero. Es también el eslabón que, en muchos casos, nos sigue manteniendo unidos al pueblo. El santo de Montpelier ya no necesita curar la peste como en el siglo XIII y XIV, pero contribuye al arraigo familiar y vecinal,que no es moco de pavo, en estos tiempos de desbandada.
La fiesta religiosa tuvo como actos más sobresalientes el ofrecimiento del ramu , como de costumbre, en la explanada de la capilla, con gran número de asturianas, momentos antes de la Misa, que celebrada a continuación, contó con la participación de mucha gente. Ofició el párroco Fran y Jesús Manuel Fdez (Chus el de Pepín) y Nino Hospital de Abándames(El de la Cabraliega) concelebraron con él.
No estuvo en esta ocasión Javier Cuesta (El de Román) que es un clásico de esta celebración y que suele convertir la homilía en un bello pregón que recuerda los hechos más singulares del pueblo a lo largo del año, sin olvidarse de echar de menos a los ausentes y a los que nos dejaron y donde suele hacer una hermosa exaltación de las cosas valiosas de nuestro pueblo, como es su apego a la tierra y a las tradiciones, recordándonos con cariñoso entusiasmo la obligación de conservar y transmitir estos elementos heredados de nuestro mayores y que forman parte de las raíces e identidad de Panes.
Hubo procesión, muy animada también, donde el Santo fue trasladado por las calles habituales: La Milera(Abajo), Balcao y La Plaza , actuando con gran vistosidad el grupo de gaitas Ciudad de Oviedo, que posteriormente daría un concierto delante de la iglesia.
La puya del ramo que llevó a cabo Kiko Gómez, en la que se subastaron los panes bendecidos, dio paso a la primera romería.
Juegos infantiles con hinchables, bolos, teatro… verbenas , con orquestas que no olvidaron los temas de siempre ni los éxitos del momento, completaron unas fiestas que tienen en el campeonato de futbito el principal referente exterior de la misma.
San Roque para los que ya tenemos algunos años y conocimos otros tiempos es , sobre todo, un sentimiento; pero da un poco de pena comprobar que cosas significativas de la personalidad de la fiesta no hayamos sabido potenciarlas ni divulgarlas. Aunque hay personas que trabajan y que sin su colaboración las fiestas quedarían expuestas a muchas eventualidades, siendo un poco críticos, que tenemos que serlo si en realidad le tenemos cierto cariño al pueblo, hoy San Roque es una fiesta en la intimidad, aunque en esa fecha haya más bullicio y seamos más que otras veces. Es una fiesta esperada y valorada en casa, sin ninguna proyección exterior, en detrimento del lucimiento y prestigio del pueblo, que en estas fechas del ecuador del verano debería de ser un importante reclamo de visitantes. Conformarse con lo que hay por aquello de que es bastante, o no se puede hacer más, o no merece la pena, me recuerda la fábula de la “zorra y las uvas” en que la zorra viendo que era difícil subir a la parra se fue diciendo:”están verdes”
A pesar de todo seguro que , como antaño, San Roque ha sido el inicio de algún amorío.